13/6/11

Antes de B. / Después de B.

Creo difícil que alguien continúe pensando (en el sentido más profundo de lo que se entiende por la estructura del pensar y sus mecanismos) y concibiendo igual el mundo luego de adentrarse en las páginas de Jorge Luis Borges, lo que sin lugar a dudas puede llegar a constituir un peligro. Mucho se ha dicho, demasiado quizá, yo quiero recordar aquí un par de pasajes solamente, de dos escritores a los que admiro, y fiel siempre a la idea de que para qué decir algo si alguien puede decirlo mejor. Cada uno creo yo refleja a su modo la influencia de las categorías características después de B. y el estilo propio que los caracteriza. Dicen así:

"Inevitablemente, la fama de Jorge Luis Borges nos produce la íntima sensación de haber perdido algo. Como sucede cuando una imagen largo tiempo atesorada..., una pieza de coleccionista para la contemplación íntima y sólo para ella, se convierte en un espectáculo panorámico para hordas de turistas. Durante largo tiempo, el esplendor de Borges era algo clandestino, pertenecía a una minoría, se transmitía de una persona a otra a través de susurros, y los devotos se reconocían mutuamente...
"Junto con el circo académico llegaron las imitaciones. Por todas partes se imita el estilo de Borges. Existen mágicos giros que muchos escritores, e incluso muchos estudiantes con buen oído, pueden imitar...
"El proceso por el cual una visión del mundo fantásticamente personal trasciende el muro de espejos detrás del cual fue creada y modifica el campo general de la conciencia, es algo extremadamente difícil de describir... Es cierto que el acceso de Borges al territorio de lo imaginario estuvo precedido por una comprensión rigurosa de su propio ámbito y por un conocimiento del lenguaje igualmente grande. Pero esto no nos sirve demasiado. Hasta las traducciones más flojas nos comunican gran parte de su magia. El mensaje, cifrado en un código cabalístico, escrito (por decirlo así) con tinta invisible, e introducido con la orgullosa indiferencia que da la verdadera modestia en la más frágil de las botellas, cruzó los siete mares (desde luego hay más en el atlas de Borges, pero su número es siempre múltiplo de siete) y llegó a todas las playas. Incluso aquellos lectores que no saben nada sobre sus maestros y amigos - Lugones, Macedonio Fernández, Evaristo Carriego -, o aquellos para los que el arrabal de Palermo, en Buenos Aires, son insignificantes, han podido ingresar al universo de Ficciones. En cierto sentido podemos decir que el director de la Biblioteca Nacional de Argentina es el más original de los escritores angloamericanos. Y esta extraterritorialidad puede ser un buen indicio.
"La obra de Borges urdió sus propias pesadillas, aunque con mayor frecuencia sueños elegantes e ingeniosos. Esos sueños indudablemente le pertenecen, pero somos nosotros los que despertamos enriquecidos."

Tomado de George Steiner, "Extraterritorial", Adriana Hidalgo, pp. 41-58.

"Y por último, el gran problema: la tentación de imitarlo era casi irresistible; imitarlo, inútil. Cualquiera puede permitirse imitar impúdicamente a Conrad, a Greene, a Durrell; no a Joyce, no a Borges. Resulta demasiado fácil y evidente.
"El encuentro con Borges no sucede nunca sin consecuencias. He aquí algunas de las cosas que pueden ocurrir, entre benéficas y maléficas:
1. Pasar a su lado sin darse cuenta (maléfica).
2. Pasar a su lado, regresarse y seguirlo durante un buen trecho para ver qué hace (benéfica).
3. Pasar a su lado, regresarse y seguirlo para siempre (maléfica).
4. Descubrir que uno es tonto y que hasta ese momento no se le había ocurrido una idea que más o menos valiera la pena (benéfica).
5. Descubrir que uno es inteligente, puesto que le gusta Borges (benéfica).
6. Deslumbrarse con la fábula de Aquiles y la Tortuga y creer que por ahí va la cosa (maléfica).
7. Descubrir el infinito y la eternidad (benéfica).
8. Preocuparse por el infinito y la eternidad (benéfica).
9. Creer en el infinito y en la eternidad (maléfica).
10. Dejar de escribir (benéfica)."

Tomado de Augusto Monterroso, "Beneficios y maleficios de leer a Borges".

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