2/10/09

¿Yo? Por el asco...

Hoy te escribo a vos, quiero contestar a tu repetida pregunta. No es por morbo, no es más que un juego de espejos, y mi respuesta, como en ese juego similar al que practica el alma consigo misma, que parafraseando a Platón vendría a ser el pensar, te contesto con una nueva pregunta, que no tengo a ciencia cierta si será un peldaño ascendente en la dialéctica que nos acerca a la verdad o a la estupidez, que a veces no son más que dos palabras para referirse a la misma cosa:
¿Por qué comés carne?
Sí, porque vos me preguntás siempre lo contrario, ¿no?
Te hago la pregunta yo a vos porque parece que para no comer carne hay que explicarse, mientras que para sí hacerlo no. Por eso me gustaría que me lo contaras, soy todo orejas. Por cierto, yo no quiero convencerte de nada, la verdad es que me importa un carajo lo que comas, y por eso mismo, encuentro disparatado tener que explicar una y otra vez los fundamentos para algo que no es más que una decisión entre otras de las que tomamos en nuestra vida, que en todo caso puede afectar más o menos el conjunto de la misma, pero no de modo dramático. Entiendo que vislumbres un rayito de locura, pero también te aviso otra cosa, no creo en la locura del mismo modo que vos, para mí la cosa se dirime más del siguiente modo: lo que hay son mayorías.
Vivimos en la era de la información, pero a veces llama la atención la falta de ella que gobierna tu existencia. Sobre el vegetarianismo hay muchas explicaciones, pero sé que ninguna te va a conformar. Muchas pueden parecerte descabelladas, y esto probablemente porque hoy no tengo pelos en la lengua. Otras te parecerán cuando menos peculiares, pero por sobre todo, primará tu deseo de no comprender. Sí, está el amor a los animales que se manifiesta en esa forma que llamamos respeto. Están las posibles creencias religiosas. Está el cuidado del medio ambiente. Están las razones económicas. Las morales o éticas. Las de la salud. Y ¿por qué negarlo?, las de ir contra corriente, no te olvides que en mi caso vengo de un país donde una de sus más infundamentadas creencias es que si un plato no tiene carne no es comida. Hay listas de razones, hay clasificaciones de listas incluso, con argumentos de todo tipo y color. La decisión no deja de ser personal. Tampoco deja de ser gracioso. Tantos mitos alrededor del tema. Porque a la primera pregunta continúa la metralla, el morbo desatado por encontrar los puntos débiles, las incongruencias, los espacios en blanco, los argumentos rebuscados: ¿Y las proteínas, de dónde las sacás? que viene a ser algo así como la pregunta del millón. Supongo que del mismo lado que ciertos deportistas que triunfan gracias a ellas, como Chris Campbell que es campeón olímpico de lucha; o como Brendan Brazier, reconocido competidor de Ironman que es vegano. Ah, ¿no sabés qué es ser vegano? Pues alguien que no consume absolutamente ningún producto que sea de origen animal, o cualquiera de sus derivados, tanto para comer, como para vestir, como para el aseo personal.
Yo sólo te voy a contar algunas experiencias, eso es todo. Y te voy a dar alguna información. He escuchado opiniones fuera de serie. He visto a través de las ventanas del alma de muchas personas, que no entienden cómo, bajo qué endemoniado concepto, debido a qué maldición, alguien ha tenido la maravillosa idea de dejar de comer carne. He leído algún que otro artículo ridículo escrito en Uruguay en pos de la defensa del consumo de carne, como si se tratara del elixir de la vida, cuando ya se sabe que dicho consumo guarda estrechas relaciones con la proclividad a contraer cáncer, una de las enfermedades número uno del Uruguay. Creo, porque no lo puedo asegurar a ciencia cierta, que no hay una sola persona en ese país que no tenga un pariente o estrecho amigo que haya padecido esa enfermedad o haya muerto a causa de la misma. Y sin embargo… se mueve. Alguien me acusó de estar subalimentado una vez. Creo que se me nota sin duda, y ello debe ser porque desde que me casé no se formó en mí la famosa barriga de casado, que en todo caso para mí no es símbolo de infelicidad sino más bien de salud. Alguien me dijo que está en la naturaleza humana el comer carne, que es algo que se practica desde que el hombre es hombre. Cuenta Diógenes Laercio que cuando Platón definió al hombre –hoy diríamos el ser humano – como al animal bípedo sin plumas, Diógenes (asumo que El Cínico) desplumó a un gallo para luego espetar: aquí tienen al hombre de Platón. Para el caso, bien podría servir como analogía. La gran contradicción a mi parecer es que la misma persona defienda después el evolucionismo. Primero, algo pertenece a la naturaleza humana porque se ha practicado a lo largo de la existencia del hombre, pero después resulta que el hombre no ha sido siempre el mismo, ha evolucionado. ¿No puede acaso entonces variar su dieta? ¿O los argumentos son partes de una veleta que soplo como si fuera el viento, para el lado que se me antoja? Además, por casualidad, ¿alguna vez te fijaste en la dentadura de un verdadero carnívoro, pongamos por caso un tierno tigre? Seguro que lo notaste tal como yo lo hice, sí sí sí, ese admirable felino que posee unas increíbles fauces preparadas para atacar, devorar, y triturar carne; habrás notado entonces también que sus dentaduras y las nuestras son idénticas, como quien lo dice de dos gotas de agua. Por otra parte también el vegetarianismo se ha practicado desde tiempos inmemoriales. La escuela pitagórica promovía dicha dieta, por citar sólo un ejemplo, y a ella pertenecen anécdotas curiosas, como la de proscribir las habas (algunos rumores en los pasillos académicos dicen que porque fomentan la procreación de gases nocivos para el olfato). En todo caso no comer carne no responde al aburrimiento post-(¿ham?)burgués de chicas acomodadas que buscan dar una nota original. De hecho en la actualidad prestigiosos filósofos de la Ética como Peter Singer tratan el tema seriamente, con énfasis en el trato, el maltrato, al que se someten a los animales, por ejemplo (su libro Animal Liberation data de 1975 y habla del “especismo” –speciesism en original inglés-, o la discriminación de un ser amparado en su pertenencia a otra especie).
Otra falsa creencia es que quien no come carne está obsesionado con su alimentación, como si no hubiera vida más allá de la carne, y la desconsolada gente no supiera como llenar ese vacío, dedicándose obsesivamente a hablar todo el día del mismo tema, a leer las etiquetas de cada producto con la misma atención que si se tratara de un manuscrito recién descubierto de Shakespeare. Pues la verdad es que yo, sí, leo los ingredientes de cada producto que compro, pero por qué, quedará más en evidencia líneas más adelante. Pensar en la comida, igual que cualquier persona, supongo, cuando tengo que planificar qué comer, o directamente, cuando tengo hambre. El que me atosiga a preguntas sos vos, el que saca el tema sos vos, a mí me da igual, así que… ¿quién es el obsesivo?
Tengo otra una pregunta: ¿Nunca te dio curiosidad saber por qué la publicidad de alimentos de un tiempo a esta parte parece el anuncio de un medicamento? Es bueno para el colesterol, es bueno para las defensas, es bueno para poder ir regularmente al baño. Una dieta sana y equilibrada no produce colesterol (este puede tener otras causas), y las vitaminas provienen de muchos lados, no sólo de la carne (dejemos de lado el tema de la famosa B12), y si comés alimentos que naturalmente tienen fibra, pues, cagás seguro (cereales integrales, frutas, vegetales; además contribuye a disminuir las posibilidades de contraer apendicitis, cándida, colesterol, presión alta, intestino irritable, colitis, problemas cardiovasculares, etc.). Ahora bien, puede que si leés la lista de ingredientes de los alimentos puedas comenzar a pensar que tal vez sí, que tal vez se produzcan en alguna suerte de laboratorio. Si todavía no te fijaste en la lista de ingredientes de ese postre tan rico que lleva la receta de la abuela tal como ella lo preparaba hace nosécuántosaños, te advierto que nos vas a entender el ochenta por ciento de lo que dice: colorantes, estabilizadores, conservantes, potenciadores de sabor, símbolos raros, códigos alfanuméricos, etc. etc. etc. Si mirás los componentes de un medicamento puede que encuentres un idioma y una simbología similar. De hecho mi abuela tampoco entendía mucho cuando le pregunté si sabía que era el E621, que es algo que le ponen a esa sopa tan exquisita, igual a la que ella preparaba. Me contestó que ni idea, pero que creía que a ella la sopa le quedaba suficientemente rica, ¿o no? Y vos ¿sabés lo que es el E621? Es el glutamato monosódico. Se encuentra naturalmente en muchos alimentos, y es un aminoácido no esencial pero sí fuente de energía intestinal. Dependiendo de con qué se combine, abracadabra, vuelve más sabrosa la comida, pero ¿será por eso que nos resulta más difícil parar de comer? ¿O será porque se lo ponen para aumentar tu deseo de comer, es decir, de terminar más rápido la comida y salir corriendo a buscar la nueva dosis? Para que te conviertas en un junkie de la comida. Muy bueno para las dietas adelgazantes, por supuesto. Si buscás información al respecto, vas a encontrar, como yo, que las grandes organizaciones niegan cualquier relación entre la ingesta artificial del cacofónico glutamato y las consecuencias negativas para el organismo. Sólo una cuestión: si está en estado natural en muchos alimentos –alimentos nada raros, por cierto- ¿por qué enchufárselo a otros? Porque para dar sabor, es bueno saber que hay muchos condimentos que no se llaman sal y dan mucho gusto a la comida. O a la sopa de mi abuela, de la que no te voy a pasar su receta, en todo caso un día pasás por casa y te la preparo.
Te voy a contar que la mayor parte de los animales para el consumo son confinados en lugares que si se tratara de rememorar el periodo más oscuro del siglo pasado, nos referiríamos a los productores como nazis. Es decir, los animales se ven apretujados en barracas hasta que un día son transformados en bistec. En lo que podemos llamar el transcurso de su vida, en la que solo pueden olerle el culo al animal que tienen adelante, les inyectan esteroides y hormonas de crecimiento (esas por las que tanto se critica a los deportistas que las consumen, y que se sabe que por ejemplo las niñas adelantan su pasaje a la pubertad gracias a esto, se sabe que aumenta las posibilidades de contraer cáncer, se saben muchas cosas más), se les administra antibióticos (que hace que luego pasen a tu organismo, elevando la resistencia a los mismos y por tanto deteriorando tu sistema inmunológico). Si sos una mujer sabrás que cuando tomás la píldora, lo que te estás metiendo es una bomba de hormonas, y sabrás por tanto que con ella bajar de peso es un asunto complicado. Bueno, gracias a las vaquitas también tenés asegurada una buena ingesta de hormonas adicionales. Los pesticidas, sea porque directamente caen en la cosecha o porque el ganado consume alimentos que los contienen, terminan también en tu paladar. Cuando ciertos países que curiosamente están al Norte del Ecuador se dieron cuenta de las consecuencias nocivas del uso de ciertos pesticidas, los prohibieron, pero no así las ventas del remanente a países que curiosamente están al Sur del Ecuador. El famoso DDT quizá sea el más conocido en Uruguay, pero no el más nocivo, los hay peores, como el BHC, 19 veces más cancerígeno. Hay estudios que indican que casi la totalidad de los productos tóxicos que consumís provienen de la carne, los huevos, el pescado, y los lácteos. Dicho de otro modo: con cada plato de asado, de pollo, cerdo; te estás metiendo antibióticos, pesticidas, esteroides, y hormonas.
Hay un mito muy extendido al de que una dieta sin carne carece de las proteínas necesarias, y es que la comida vegetariana también carece de sabor, que es sosa, y aburrida. Bullshit! Hay una variedad increíble de platos y normalmente el vegetariano adoba y condimenta las comidas, experimenta diferentes combinaciones, y no hace uso únicamente de la sal. De hecho esta última es normalmente dejada de lado. Decís que el tofu no tiene sabor a nada, pues te digo que igual que la carne, si no la adobás, poco sabrá, ¿no? La ventaja del primero es que sus proteínas son más ventajosas y saludables, reduce los índices de colesterol, previene de contraer cáncer y ataques cardiovasculares, y mejora la utilización del calcio en el cuerpo. El tofu proviene de la soja, y tampoco está exento de crítica. Además los grandes conglomerados que curiosamente tienen su base al Norte del Ecuador, son los más grandes productores de soja transgénica en los países al Sur del Ecuador, con grandes consecuencias negativas para la economía, y por fomentar el monocultivo para el desgaste de la tierra, y por ser transgénicos, pues que no sabemos que putas consecuencias tendrán no sólo en nosotros, sino en el fruto de tu vientre, ese que va a venir a comer en el futuro.
Existen temas medioambientales también. El metano que producen los bichos que te comés contribuye considerablemente a eso en lo que quizá tampoco creas y que se conoce como calentamiento global. La industria de la alimentación, desesperada por crear la necesidad de volverte una persona fuerte y saludable a base de carne, necesita de muchos animales que no paran de tirarse pedos. Así que por lo menos si no creés en el dichoso calentamiento global pero no te gustan los pedos ajenos, pues, digamos que no comer carne contribuye a disminuir el arrebato productivo de incrementar el número de animales para el matadero que nos llenan las narices de olores desagradables y socialmente mal vistos. Además a los bichitos hay que alimentarlos, y eso significa una gran cantidad de tierra, alimentos, agua, y energía que bien podrían usarse para alimentar a más de ese setenta por ciento de la población mundial que pasa hambre. Bueno, a menos que también creas que el hambre es producto de culturas haraganas a las que no les interesa trabajar ni mover un dedo en pos de al menos alimentarse como D-ios manda.
Como te decía, no intento convencerte de nada. En todo caso, tengo más o menos un conjunto de ideas y de argumentos para decir por qué hago algo, no sé si vos podés decir lo mismo. No estoy exento de muchas cosas que pueden sucederte a vos que sí comés carne, de algún modo u otro todos vamos a terminar igual. A lo mejor me interesa el cómo del mientras tanto. A lo mejor a vos también. De lo que sí estoy convencido es de que en la medida de lo posible no quiero engordarle la billetera a los hijos de puta que se dedican a meterle productos a los alimentos que luego van a tener consecuencias nocivas para mi organismo. Muchos de esos productos (colorantes, conservantes, aditivos, potenciadotes de sabor, etc. etc. etc.) generan muchas de las enfermedades que te conducen a visitar al doctor. Nunca pensaste en lo curioso que es que cada vez más personas sufren de alergias. ¿De dónde te pensás que salen, del polen primaveral que se suelta a volar y se te mete en la nariz? Y cada vez que consultás al médico gastás dinero, mucho de ese dinero en nuevos medicamentos para el nuevo tipo de alergia que la ciencia tras largos y razonados estudios ha detectado, probablemente inoculando a gente en África que no sabe lo que están haciendo con ellos. Porque en estos casos, la ciencia es el eufemismo para referirse a los laboratorios, que por obvias razones necesitan que la gente se enferme. Como ves, hay un hilo conductor detrás de todo esto.
Puedo decirte que disfruto cada sabroso bocado que conduzco a mi boca, que hace años no me indigesto y que no visité al médico más que en un par de ocasiones por un resfrío, y que de algún modo mi cuerpo me lo agradece, hoy, después de tantos años recibiendo el comentario de que parezco mayor de lo que soy, sólo escucho que parezco más joven.
El dicho que reza vivir y dejar vivir siempre me ha interesado. Por eso hoy me fui de boca largo y tendido, porque no quiero convencerte de nada, lo que quiero es que simplemente me dejes de romper las pelotas con tu pregunta y me dejes vivir como yo te dejo vivir a vos. De lo trasuntado espero que entiendas que más allá de las razones, explicaciones, justificaciones, llegué a la conclusión de que sí, soy vegetariano. ¿Por qué? Por el asco que da tu sociedad, por la dieta malsana de hoy ¿cuánto gastaste?

14 comentarios:

  1. Excelente como siempre! Yo soy vegetariana pero si no lo fuera me daría mucho para masticar, digo, pensar!

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  2. Muy bueno Iani... respeto tu posición, aunque no soy vegetariano, aunque los últimos años he tenido una tendencia a eliminar productos animales en mi alimentación y en mi vestir. Como dice Paula, esta nota da para masticarla mucho... y pensar un poco mas...

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  3. Estoy parcialmente de acuerdo, yo consumo fundamentalmente verduras crudas y hervidas.
    Pero también utilizo la carne como fuente de proteinas.
    Como tu sabes, otras fuentes de proteinas en Uy no son baratas y a veces no están disponibles.
    Con respecto a la vestimenta, me gusta la lana, pero no el cuero.
    salud!

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  4. Igual me gustaría agregar que no deberíamos autoflagelarnos por tener una historia omníbora. Nuestra dentadura lo prueba. No tenemos la dentadura de una vaca, ni la de un felino.

    Creo si, que como parte de un camino evolutivo autogestionado (ahora que somos mínimamente conscientes) podemos comenzar a elegir.

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  5. Muchas gracias por el feedback. Me alegra mucho que dé para masticar y pensar. No somos tigres ni somos vacas Walter, pero nuestra dentadura no está capacitada creo yo para perseguir a nuestra presa y sólo mediante ella quitarle la vida, el cuero, e hincarle el diente a su carne cruda arráncandola del hueso, la referencia va más por ese lado. Algo muy distinto es comprar el bife y hornearlo, eso claro que lo podemos hacer... Igual me gusta exagerar todo, me parece proteico para ejercitar el cerebelum. No creas que es tan inaccesible y cara la proteína vegetal en Uruguay, hay que hacer un poco de research, incluso sin ser biológica hay soja no transgénica, también seitán (proteína de trigo) ya preparada en muchos casos (sugerencia I: ver congelados; sugerencia II: experimentar, es algo que nos hace tan humanos después de todo). Saludos para ustedes!

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  6. Estimado:
    Leí el texto con interés, con momentos de acuerdo y otros de disenso moderado. Por ejemplo, creo que las vacas son un tipo de subproducto del pasto. Por otra parte, me da la impresión que nuestros dientes son más bien de omnívoros y que la búsqueda debería ser en general el equilibrio. En cuanto a los pedos, me parece que el problema no son las vacas sino sus cantidades, en relación con la cantidad que somos nosotros. Ese es el error. Ese es el cáncer: nosotros mismos. Por lo cual, que un ser humano se enferme de cáncer es un ejemplo de recursividad en las formas del universo, del mismo modo que las partículas ínfimas se parecen a las inconmensurablemente grandes.
    Si bien he disminuido mi consumo de carne (desde que me inicié en Reiki me pesa un poco más), debo admitir que disfruté mucho el asadito de hoy. Saludos.

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  7. Bueno, llego un poco tarde al tema, pero es un tema que me encanta. Para empezar, no soy vegetariano, aunque limito mi consumo de carne (roja) a 1 ó 2 veces por semana, aunque he pasado semanas sin comer carne roja sin ningún problema. También debo aclarar que mi necesidad proteica diaria está en el entorno de un 50 % más de una persona con mi mismo peso porque entreno, promedio, 2 horas por día, aunque se puede ir a más. Hablando de eso,
    hay varios triatletas de ironman veganos, incluyendo a Dave Scott, seis veces campeón mundial en el Ironman de Hawaii. Él y Mark Allen son los únicos que fueron campeones mundiales esa cantidad de veces. Triatletas de elite de larga distancia como Dave Scott, pertenecen a un grupo de personas cuyo volúmen de entrenamiento no tiene precedentes, cualquiera de los futbolistas que tanto idolatran los couch potatoes uruguayos se caería de culo ante la idea de hacer una décima parte de eso.
    Creo que el principal problema de la reacción adversa ante la dieta vegetariana es la falta de conocimiento. Si soy vegetariano, alguien me puede decir que voy a tener problemas con las proteínas, de acuerdo, pero antes que eso, que sepan muy bien de qué me están hablando o cállense. Mi mayor preocupación sería conseguir fuentes de proteína con un buen perfil de aminoácidos (sobre todo los esenciales) y que el cuerpo pueda absorber casi con tanta facilidad como las proteínas animales (en parte indicado por el valor biológico).
    La dieta uruguaya será hiperproteíca, pero el uruguayo promedio, sospecho que tiene deficiencias y puedo decir que está subalimentado : deficiencia en fibra, exceso de grasas ''malas'', deficiencias en cuanto a antioxidantes, vitaminas, minerales, grasas ''buenas'' (omega 3). Lo único que indica la grasa abdominal es una dieta basura, más deficiente que una dieta vegetariana con poca proteína y el riesgo cardiovascular.
    Por otro lado, si asumo que por ser de ganadería extensiva, la carne vacuna uruguaya no tiene hormonas, muchos de los riesgos de cancer que aparecen en estudios hechos con carne que sí tiene hormonas, disminuyen. Si la carne tiene residuos de hormonas (estrógenos principalmente), pongo en duda que te ''haga fuerte''. Hablando de eso...si alguien cree que por sólo comer proteínas crean músculo, se equivocan, sólo mantienen lo que ya tienen.

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  8. Gracias por los comentarios, sin importar el momento en el que se realicen. De hecho, me gusta mucho saber que luego de un tiempo alguien preste atención a escritos anteriores. Creo sí "estalinista autoritario decimonónico" en la información como fuente de llevar una vida mejor y no sólo en lo relacionado con este tema, paradójicamente, ahora que vivimos en la llamada era de la información eso no sucede tanto como uno tendería a pensar. Y es posible por supuesto llevar adelante una dieta vegetariana donde no falten las proteínas.

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  9. e- x -c- e - l- e - n - t- e!!

    soy nutricionista ovovegetariana y me parece muy buena la forma en que expresas el tema. 100 % de acuerdo. lo importante es tener claro el camino de uno y poco me importa lo que piensen los demás. no hay una única verdad eso también es cierto, pero yo tengo mi verdad y no pretendo seguidores.

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  10. Hola Shantina, muchas gracias por tu comentario. Es muy grato saber que tiempo después de subido un texto siga generando interés. Más allá de que seas ovovegetariana, es bueno saber que también como profesional de la nutrición encontrás que el texto es de tu gusto.
    Muchos saludos!

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  11. Comenzaré diciendo que soy un desgraciado incomprendido. Debe ser porque vivo de jodedera y bromas, a veces pesadas, a veces no tanto...
    Un amigo entrañable que no conozco... si, es posible, y más, hoy en día... quizás ese sea tema para otro día, hoy me ocupo de este amigo entrañable que me ha mandado a leer esto, pues está preocupado por mi panza carnívora, o, por mis bromas permanentes (a veces soy insoportable, lo reconozco)sobre su condición de vegetariano.
    Confieso que una vez entrado aquí y leído, siento dos cosas.
    Primero, una compulsiva necesidad de compartir aunque no esté totalmente de acuerdo, pero compartir firmemente con estalinista autoritario decimonónico, pues, coño, alguien denominado así me caerá siempre simpático, joder.
    Segundo, sentí que entraba en un confesionario de iglesia pequeña de pueblito pequeño del interior de cualquier pequeño país católico o casi o semi, católico. Y, me voy a confesar, no sin antes saludar a Stalin, por las dudas.
    Que como carne roja una o dos por semana, reconociendo que paso semanas sin ingerirla, pues si bien vivo en un país productor de carnes no siempre tengo ganas.
    Que dos veces a la semana consumo pollo y pescado, carne también, pero más sanas, aunque parezca ridículo.
    Que por lo general, la Gitana, intrigante y peligrosa mujer con la que vivo, hace once años dispuso una dieta basada en vegetales diversos y frutas varias, siempre de estación, además de huevos de gallina y carnes blancas magras.
    Que mi panza obedece a la cantidad que consumo y no a la baja calidad de lo ingerido.
    Que soy un reverendo hijo de siete mil saracas y, que, lamentablemente lo seguiré siendo.
    Que prometo no joder más a ese entrañable amigo que no conozco, al menos con su particular y extremista defensa de su condición vegetariana.
    Que desmiento terminantemente la falsa creencia de que ingerir carne nos vuelve belicosos, soy un adorable osito bien intencionado y algo provocador y juguetón.
    Que no puedo retirarme sin gritar: ¡Por la Patria y por Stalin!
    Amén.
    He dicho

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  12. jeje, muy buena tu confesión!
    totalmente disfrutable! beso

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  13. Primero las gracias, José, te tomaste la molestia no sólo de leer, sino de escribir largo y tendido sobre lo leído, gracias redobladas pues.
    ¡No pierdas el humor, por favor! Éste nace de la amistad y el respeto cuando se lo practica sanamente, esto es, vegetarianamente... Lo que predomina es la incomprensión, pero no sólo sobre este tema, y de allí no proviene humor alguno.
    Yo estoy a favor de que cada uno haga lo que quiera, pero sobre ciertas bases que garanticen no sólo la buena convivencia entre nosotros, seres humanos, sino con las demás especies, que por algo están también acá. Vivir es tan sólo una ruta más hacia el morir, ¡así que mejor si al transitarlo nos damos el lujo de la picarezca!
    Anotaciones: Un saludos especial a la Gitana, por las verduras, las frutas, y sobre todo por ser intrigante y peligrosa, como debe ser toda buena mujer.
    El estalinista autoritario decimonónico, si bien optó por ese misterioso nombre, sospecho que es otro entrañable amigo, con quien hace poco discutiste sobre música celestial e infernal, pero que ahora están todos de acuerdo y viven en armonía con las Hell´s Bells, pero eso es, como dije, una sospecha.
    Por último, me inclino ante usted hijo de las mil saracas y le ofrezco mis más irreverentes y vegetarianos saludos!
    Un fuerte abrazo desde ninguna parte...

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  14. Conmovido por tanta expresión de afecto no me queda más que saludar a vuesa merced y a su alteza Einöder, pareja sabia en las artes comestibles y expresivas si las hay...

    PD: convengamos "tipo de cualquier parte" que todos tenemos aquí varias personalidades, G. Frp, o Caronte, o yo mismo, Virgilio...

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