19/12/09

Paréntesis

(Hoy sólo escribo entre paréntesis. Es una excusa. Escribir. Es algo que podemos dejar a un lado. Leer. Normalmente una aclaración, algo prescindible, la parte del libro que te podés saltar sin sentir remordimientos ni cargos de conciencia. Hoy escribo entre paréntesis y recuerdo que la vida es un paréntesis, según cantaba el escritor. Hoy es un día como cualquier otro. Para mí estará entre paréntesis. La rutina también, como un día que se levanta con el pie izquierdo. Pero no es señal de mala suerte, es sólo eso. Como todo en la vida, hay un punto que se resume en tomar o dejar. Los términos medios son para los débiles, para los que no son un espíritu libre, en palabras del sabio loco. Yo soy un paréntesis. Vos también, querido prójimo no tan próximo. Hoy la pantalla que exhibe y enmarca lo que leés está entre paréntesis. Nada de lo que hagas saldrá de ellos. Hoy viviremos en un cuadro de Francis Bacon, el mejor retratista del pasado siglo, el que nos mostró tal cual somos, esas masas informes de carne monstruosamente humanas entre finas líneas que como un prisma nos rodean y que bien podrían ser otro juego de paréntesis. Cuando te mires en el espejo, cuanto tu rostro se enfrente a esa imagen especular que incuestionablemente considerás propia pero que no puede serlo porque sólo podés estar en un lugar a un mismo tiempo, dibujale dos líneas convexas a los costados y te vas a dar cuenta de qué estoy hablando. Luego, sin que se lo pidas, ellas te acompañarán, como un ángel de la guarda que tiene la misión de decirte que sos prescindible, un manojo de los cuatro elementos unidos por alguna casualidad a esa suerte de hálito vital y que en algunos casos ni vital es; porque al fin y al cabo, acá estamos de paso y las glorias son para los manuales de historia. Hoy viviremos en una bolsa de basura, el más gráfico ejemplo de un paréntesis de nuestras vidas. Allí echamos todo lo que consideramos inservible y luego lo botamos y abrimos una nueva bolsa, un nuevo par de líneas que encerrarán nuestros futuros desechos. Nos preguntamos de ese modo que no es preguntar nada por el azote del automatismo que esclaviza a las acciones cotidianas si el color, si el material, si el tamaño, si el impacto medioambiental, cuando en realidad de esos paréntesis de plástico lo único que nos interesa es que nos protejan del ataque de las cucarachas. Y me pregunto cuál será la bolsa de basura en la que me muevo, cuál en la que voy a terminar, yo, que también soy desechable. ¿Vos ya sabés cuál es la tuya? Algún día, quién sabe, los paréntesis podrán ser borrados y yo tal vez pueda quitar los que hoy circundan este escrito. Mientras tanto deberé seguir soñando con puertas de la percepción que son derribadas para poder admirar el infinito universo tal cual es. Hasta ese entonces, los límites en los que prefiero no creer, en los que no querés creer, están ahí. Otro secreto innombrable. Hoy es un paréntesis. Fin.)

7 comentarios:

  1. Me pareció espectacular! Espero que hagas un libro con estos textos y con los que escribas en el futuro!

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  2. Hermoso; o más bien, cruel y tristemente hermoso. Cada vez que leo y reflexiono sobre cosas como las que acabas de publicar, me dan unas ganas enormes de no hacer, de no emprender, de no soñar. Por eso prefiero tratar de mantenerme el mayor tiempo posible dentro de mis paréntesis, sin siquiera tratar de ver mas allá; por pura salud mental nomás.

    Igualmente, gracias por ese baño de realidad que cada tanto nos das. ABRAZO.

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  3. BRAVO!!! Un texto bravo, bravo.
    "and the rest is silence"...

    Me sumo a la idea del libro!!!

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  4. qué fuerte,mae, qué fuerte. Seguí, por favor!

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  5. Muchas gracias por los comentarios y por el aliento! Vamos a ver qué conejos saco de la galera, seguramente alguno antes de que termine el año...

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  6. La cruda realidad que nos negamos a ver, la que adornamos para que parezca otra cosa...
    Me gustó mucho, seguiré... siempre sigo las cosas buenas...
    Un abrazo, josé

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  7. Muchas gracias José. Espero seguir ganándome el privilegio de que continúes leyendo las líneas que vendrán... Abrazo!

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