8/2/10

Circuncisiones de la desgracia

Sin fecha. Sin lugar. Sin papel. El oficio se ejecuta por si solo. La ausencia brilla por su presencia. Los únicos ojos son lo que no ven. Tu figura, tu triste y desgarbada figura anhelante de molinos sin viento, se mueve sin sol proyectando una larga y noruega sombra. El hambre por salir de la caja de la infelicidad es tu muleta. Como un perro rabioso vas a morder al primero que tengas delante en cuanto la celda abra sus puertas. Va a ser el paso a una celda más grande. Mientras el mundo se cae a pedazos. Es la víctima de la demolición de un hambre colectiva que se exterioriza solipsista. Vemos tan lejos como nuestras narices nos lo permiten. Más allá, el desierto. La tierra de nadie y de nada. Como ciegos chocamos cada tanto contra algún cuerpo inhóspito. Pasa el tiempo. No sé cómo, pero pasa. Tal vez sólo se trate de la disposición de las letras en el renglón. Puede que sólo sea un instante, un sello de goma estampado de un golpe. Nuestra vida, que se mueve entre dos guillotinas. Inconscientes e iletrados deambulamos por un alfabeto desplegado a través de diferentes combinaciones inexpugnables, siguiendo las rectas de las a, recorriendo las curvas de las be, zigzagueando muy de tanto en tanto las zorras zetas. Y cuando creemos entender algo, ver el bosque distinguiendo cada árbol, ella se asoma susurrante. Siempre nos toma desprevenidos. Se dice que todo lo soluciona con una frase, y que en ella los contenidos guardan significados tan insoportables que el pulmón decide dejar de soplar y resoplar el aire, y el corazón dejar de chupar y escupir la sangre. Hay quienes dicen que de sus labios surge su nombre, el del innombrable. Y que ello basta para adquirir el ticket to ride. Otros sostienen que únicamente modula nuestro nombre. El verdadero nombre. El que nos señala quién en realidad somos. Y que no estamos preparados para aprender nuestra miseria en un único instante, se nos tiñe el pelo de blanco y se resquebrajan los labios tras ver evaporar el carmín que los decora. Nunca sabemos lo que de verdad sucede. La pregunta sigue siendo siempre la misma.

3 comentarios:

  1. ¡Una maravilla, Iani! Desde el título, pasando por su contenido-línea de razonamiento...
    Me sentí, me siento, y probablemente me sentiré, circunciso hasta el fin de mis días...

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  2. Muchas gracias a ambos. Alienta a seguir nolandsmaneando...
    Salud!

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